jueves, 29 de diciembre de 2011

martes, 27 de diciembre de 2011

De contar con los dedos de una mano los te quiero



Porque los días pasan y la ilusión, la pasión, para lo bueno y para lo malo, d e s p a r e c e n.
Y después de meses de relaciones, besos, abrazos la pasión no se había ido, pero el amor, de verdad,
 seguía sin llegar. Y aquello era agotador. Cada uno por su lado y tampoco entonces pude usar la razón. 
Llantos, empachos, nervios, gritos y almohadas saladas. Pero ah, seis meses más tarde, la tristeza pasional y desgarradora comienza a abandonarme. En los últimos años me he pasado temporadas viviendo con esa filosofía de live fast, die young and leave a beautiful corpse, justificando todo con locuciones latinas o italianas, ora carpe diem, ora dolce far niente...
También el placer justificaba los malos ratos. Porque cuando conoces el paraíso, se hacen más soportables unos minutos –a veces días- de infierno.
Y lo que más me aterraba era volver a la tierra. A la mediocridad, a lo mundano. Creía que jamás me iba a volver a conformar con menos, y me enfadé cuando él lo hizo.
La ira, por supuesto, también se desvaneció según caían las hojas del calendario.
Igual que las ilusión por volver a clase se extingue al pisar la calle después del segundo día de colegio, o a la quinta comida en tu nuevo piso compartido.
Pero, ¿y si lo que queda cuando toda la pasión se va, es lo que de verdad importa?
¿No es cierto que las parejas más sólidas son las que, aún cuando pasan los años, aún cuando el deseo merma, siguen amándose como el primer día? ¿No es más auténtico el esfuerzo, más valorado el estudio, cuando se persevera, a pesar de las dificultades?
Entonces pienso que tú y tu buena relación te puedes meter tu seguridad y comodidad por donde te quepan. 
Que exceso siempre fue mejor que defecto, que todo es relativo al amanecer, o quizás hagan falta diez años para relativizar los malos momentos, pero los buenos, siempre serán buenos.
Y con eso me quedo. Con las risas, y la emoción, y también los altibajos.
Porque eso da un nuevo sentido a los momentos buenos, y en general te sientes más viva y más llena.

sábado, 17 de diciembre de 2011

miércoles, 14 de diciembre de 2011

lunes, 12 de diciembre de 2011

Pero esta noche estrena libertad un preso, desde que no eres su juez


Estaba Ana sola en el comedor. Sobre la mesa quedaban la cafetera de estaño, la taza y la copa en que
había tomado café y anís Victor, que ya estaba en el casino jugando al ajedrez. Sobre el platillo de la
taza yacía medio puro apagado, cuya ceniza formaba repugnante amasijo impregnado del café frío derramado.
 Todo esto miraba Ana con pena, como si fuesen ruinas de un mundo. La insignificancia de aquellos
objetos que contemplaba le partía el alma; se le figuraba que era símbolo del universo, que era así,
ceniza, frialdad, un cigarro abandonado a la mitad por el hastío del fumador. Además, pensaba en
el marido incapaz de fumar un puro entero y de querer por entero a una mujer. Ella era también como
aquel cigarro, una cosa que no había servido para uno, y que ya no podía servir para otro.

domingo, 11 de diciembre de 2011

B O N K E R S

Cierro los ojos, e intento discernir todas las emociones de aquel par de horas para poder ponerlas en negro
 sobre blanco sin que suenen a topicazo, o a dramatismo

martes, 6 de diciembre de 2011

Y el aire de la calle a mi me huele a goma fresca.

COSMO. BRISA. BAILE.                                                                        
 Sex on the beach.





 BESO.
Clic.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Despertemos de una vez ese subconsciente nuestro, llamado a ratos m u s a, que tanto tiempo lleva roncando.



Olvidémonos por un momento de los manuales de autoayuda, las dietas equilibradas, las desintoxicaciones, la vida sana y todas esos cuentos tan siglo XXI
Diciembre ya no es tiempo de dietas del bikini, y ya urge madrugar para estudiar.

Dejémonos también de luces de neón y alcohol barato. Juguemos a ser ninfas bailando con el resplandor de una lámpara a medio gas. 

Llenemos copas de hadas verdes, y libretas de marañas de sentimientos. Prendámosle fuego a ambas.
Gocemos la noche en buena compañía, escribamos historias de desamores en la hora en que los besos saben a alquitrán.
Toma asiento en primera fila y asiste a la decadencia de la fiesta. Siente un brazo en tu cintura doce horas más tarde de la línea que cerraba la crónica de tu diario.
Pídele la hora a ese muchacho de ojos verdes. Recita con él en alto aquello de:

Tal como besa y muerde un pobre libertino
El seno martirizado de una puta vieja,
Así al pasar robamos un placer clandestino
Y lo exprimimos bien fuerte, como a una naranja añeja.

Y exprime la naranja, hasta que ya no le quede zumo.
Y cuando eso pase, de nuevo, escribe.
Claro que, citando a un poeta de los de ahora,

 Si lo que quieres es vivir cien años
no pruebes los licores del placer.
si eres alérgico a los desengaños
olvídate de esa mujer.
compra una mascara antigás,
mantente dentro de la ley.
si lo que quieres es vivir cien años
haz músculos de 5 a 6.
y ponte gomina que no te despeine
el vientecillo de la libertad.
 funda un hogar en el que nunca reine
mas rey que la seguridad,
evita el humo de los clubs,
reduce la velocidad,
si lo que quieres es vivir cien años
vacúnate contra el azar.
deja pasar la tentación
dile a esa chica que no llame mas
  • Una de esas cartas que olvidé quemar.